Los dibujos papilares formados por las papilas y los surcos interpapilares.
Son crestas papilares los relieves epidérmicos situados en la palma de las manos y en la planta de los pies.
Surcos interpapilares: son lo que se determinan por las depresiones que separan dichos relieves o crestas.
Dermis: es la capa interior y más gruesa de la piel, que contiene el dibujo papilar.
Epidermis: es la membrana que cubre la dermis.
Poros papilares: Son los diminutos orificios de forma y dimensiones variadas que en crecido número existen en las crestas papilares y por los cuales se expulsa el sudor.
Propiedades [editar]Está demostrado científicamente que los dibujos que aparecen visibles en la epidermis que son perennes, inmutables y diversiformes:
Son perennes porque, desde que se forman en el sexto mes de la vida intrauterina, permanecen indefectiblemente invariables en número, situación, forma y dirección hasta que la putrefacción del cadáver destruye la piel.
Son inmutables, ya que las crestas papilares no pueden modificarse fisiológicamente. Si hay un traumatismo poco profundo, se regeneran y si es profundo, las crestas no reaparecen con forma distinta a la que tenían, sino que la parte afectada por el traumatismo resulta invadida por un dibujo cicatrizal.
Son diversiformes, pues no se ha hallado todavía dos impresiones idénticas producidas por dedos diferentes.
Son crestas papilares los relieves epidérmicos situados en la palma de las manos y en la planta de los pies.
Surcos interpapilares: son lo que se determinan por las depresiones que separan dichos relieves o crestas.
Dermis: es la capa interior y más gruesa de la piel, que contiene el dibujo papilar.
Epidermis: es la membrana que cubre la dermis.
Poros papilares: Son los diminutos orificios de forma y dimensiones variadas que en crecido número existen en las crestas papilares y por los cuales se expulsa el sudor.
Propiedades [editar]Está demostrado científicamente que los dibujos que aparecen visibles en la epidermis que son perennes, inmutables y diversiformes:
Son perennes porque, desde que se forman en el sexto mes de la vida intrauterina, permanecen indefectiblemente invariables en número, situación, forma y dirección hasta que la putrefacción del cadáver destruye la piel.
Son inmutables, ya que las crestas papilares no pueden modificarse fisiológicamente. Si hay un traumatismo poco profundo, se regeneran y si es profundo, las crestas no reaparecen con forma distinta a la que tenían, sino que la parte afectada por el traumatismo resulta invadida por un dibujo cicatrizal.
Son diversiformes, pues no se ha hallado todavía dos impresiones idénticas producidas por dedos diferentes.
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